jueves, 12 de octubre de 2017

ETAPA 3 EJERCICIO ESCRITO SUPERVISADO

Proceso a seguir:
-  El docente debe ofrecer cinco a más estímulos de la obra estudiada.
-  El ejercicio escrito supervisado tiene por objeto estimular el pensamiento independiente y la elección del tema.

INTRODUCCIÓN:
Contextualización de la obra literaria(año, género, especie y autor)
Determinación del tema a abordar.
Asunto vinculado con el tema
Tesis más los aspectos parciales que respondan al estímulo seleccionado.

DESARROLLO:
ARGUMENTO 01:
Insertar el aspecto personal
Afirmación 01
Evidencia
Análisis e interpretación
Afirmación o2
Evidencia
Análisis e interpretación
Conclusión parcial

O puedes optar por:
Insertar el aspecto personal
Afirmación 01
Evidencia
Análisis e interpretación
Afirmación o2
Evidencia
Análisis e interpretación
Conclusión parcial

Contraargumento
Afirmación 01
Evidencia
Análisis e interpretación
Conclusión parcial

ARGUMENTO 02:
De igual manera que el argumento 1

ARGUMENTO 03:
De igual manera que el argumento 1

CONCLUSIÓN:
Reafirmación de la tesis.
Abordar las conclusiones parciales.
Apreciación personal(de la obra, o al autor por sus recursos o técnicas)

CÓMO ELABORAR EL TÍTULO PARA EL EES

Estímulo: ¿De qué forma están presentes en la obra las voces de la historia y la tradición?
Obra: Las astillas de Dios, de Sembène Ousmane
Título del ensayo: Edad y sabiduría: La importancia de Ramatoulaye en Las astillas de Dios

Estímulo: ¿Qué importancia tiene el entorno natural en cuanto al impacto de la obra?
Obra: El dolor de la guerra, de Bao Ninh
Título del ensayo: Cómo influye el paisaje en el desenlace para Kien en El dolor de la guerra

Estímulo: ¿Cómo transmite el autor la noción del paso del tiempo en la obra?
Obra: Un día en la vida de Ivan Denisovich, de Aleksandr Solzhenitsyn
Título del ensayo: La importancia del tiempo para Shukhov en Un día en la vida de Ivan Denisovich

Estímulo: ¿Cómo se usan las diferentes voces para expresar pensamientos y sentimientos? ¿Qué efecto tienen en las respuestas que da a los poemas?
Obra: Poemas selectos de Derek Walcott
Título del ensayo: Lealtad e identidad en los poemas de Derek Walcott

Estímulo: ¿En qué sentido es importante la memoria en la obra?
Obra: Jane Eyre, de Charlotte Brontë
Título del ensayo: La importancia de la memoria para Jane en Jane Eyre

Estímulo: ¿Cómo funcionan juntas las estructuras interna y externa?
Obra: Esperando a Godot, de Samuel Beckett
Título del ensayo: La transmisión de un sentido de propósito en Esperando a Godot


ANALISIS DE ANA KARENINA

                                                                                              
ANÁLISIS LITERARIO DE ANA KARENINA de LEÓN TOLSTOI

Título completo
Anna Karenina 
Autor
Lev (León) Tolstoi Nikolaevich  - Rusia (1828 - 1910)

Género
Narrativo
Especie
Novela
Idioma
Ruso
¿En qué fecha fue escrito?
1873-1877,  Yasnaya Polyana, cerca de  Moscú 
Primera publicación
1877
Obras
Las Obras Completas de Tolstoi fueron publicadas entre 1928 y 1958. Se trata de 9 tomos, cuyos últimos 32 volúmenes recogen la correspondencia del conde. Esta edición no es fiable ya que la censura soviética consideró políticamente incorrectos muchos pasajes, por eso es preciso consultar los manuscritos originales en el Museo Tolstói de Moscú

Obras
Infancia (1852)                                                   Adolescencia (1854) 
Juventud (1856)                                                 Relatos de Sebastópol  Dos húsares (1856) 
Felicidad conyugal (1858)                                  Los cosacos (1863) 
Guerra y Paz (1865-1869)                                  Anna Karénina (1875-1877) 
Confesión (1882)                                                La Muerte de Iván Ilich (1886) 
La Sonata Kreutzer (1889)                                 Iglesia y Estado (1891) 
El Reino de Dios está en vosotros (1894)          El padre Sergio (1898) 
Resurrección (1899)                                           Hadyi Murad (1904) 
No Puedo Callarme 
Cuentos populares 
¿Qué es el Arte
Cantando por mi vida 
La escuela de Yasnaia Poliana 
Aspectos
Contextual
País                                       :              Rusia
Siglo                                     :              XIX
Hechos políticos              :              Conflicto de los imperio de los zares
Hechos históricos           :              Guerras y revoluciones
Cultural
Hechos sociales                              :              Valores morales
Corriente literaria             :              Realismo/ liberalismo.

Realismo Ruso
El realismo literario es una corriente estética que supuso una ruptura con el Romanticismo, tanto en los aspectos ideológicos como en los formales, en la segunda mitad del siglo XIX.

El origen del realismo literario europeo hay  que ir a buscarlo en la literatura española medieval y  la novela picaresca española y, en concreto, en la  versión que configuró sobre esa tradición el novelista  Miguel de Cervantes. El desmitificador modelo  cervantino influyó poderosamente en la literatura  europea posterior, pero el descrédito por el que pasó  el género narrativo durante el siglo XVIII aplazó su  influjo europeo hasta bien entrado el siglo XIX, salvo  en el caso de Inglaterra, que en el siglo XVIII  comenzó su propio realismo de la mano de Henry  Fielding y Tobias Smollett, y del que buena parte de  los escritores realistas posteriores son deudores.

 Las novelas realistas se suelen publicar en la prensa  diaria. Lo más frecuente era que el fragmento terminara  en un episodio emocionante para que el lector quedase  ansioso por leer el desenlace y comprara la siguiente  publicación
El novelista realista analiza la situación social de las  distintas clases sociales que componen la comunidad de  su tiempo, distanciándose para objetivar los resultados  de sus observaciones. 

Las características más importantes son:   
 -La objetividad: Describe la realidad tal como se muestra al escritor. 
 -El proletariado como protagonista de la obra
-La pobreza como tema de la novela: la miseria, la explotación, el analfabetismo, las  epidemias congénitas, etc.
- Los barrios bajos como escenario donde se desarrollan los hechos narrados. 
- El presente: Se toman los temas y argumentos de la novela. Deja de interesar el pasado. 
- El lenguaje coloquial: En los diálogos se emplea incluso el lenguaje vulgar o la jerga. 
- La sobriedad evitando todo artificio estilístico y ornamentación retórica. 
- La precisión en la utilización de la lengua para ser claro, conciso y concreto. 
- La omnisciencia del novelista que conoce todo lo relativo a los personajes, los entresijos de la sociedad, los subterfugios económicos y políticos, etc. 

Narrador
Omnisciente:
Tolstoi utiliza un  El PUNTO DE VISTA DEL narrador de la novela presenta a la vez hechos y pensamientos interiores de los personajes que ningún personaje en la trama podría saber. Principalmente con respecto a Anna y Levin, pero en ocasiones, el narrador describe los caracteres, estados de ánimo, sentimientos y actitudes del resto. De una larga sección en la parte final de los Siete capítulos, el narrador entra directamente en la mente de Anna.

Tono
Realista como el de las novelas del mismo período, el narrador es impersonal, pero mantiene un tono simpático, centrándose en  dos hechos y sentimientos el del autor y el del narrador.

Tiempo
1870
Espacio
Localidades de Rusia, incluida Moscú, San Petersburgo de Rusia, provincias, con breves intervalos en Alemania e Italia.
Temas
v  Amor
v  Adulterio de la alta sociedad.
v  Matrimonio.
v  El cambio social del siglo XIX en Rusia
v  Las bendiciones de la vida familiar
v  El valor filosófico de la agricultura. 
v  El perdón. 
Símbolos
Los símbolos son objetos, personajes, figuras o colores utilizados para representar conceptos o ideas abstractas.

Trenes
En el siglo XIX en Europa occidental en las novelas, los trenes a menudo aparecen como símbolos positivos de progreso y de avances tecnológicos. En la literatura rusa, sin embargo, tienen un significado más ambiguo. Tolstoi y sus contemporaneos, vieron la llegada del ferrocarril como un símbolo de la insidiosa propagación del Oeste, de la hiper-eficiencia y el racionalismo en Rusia. En este sentido, no es sorprendente que en las diversas referencias a los trenes en Ana Karenina todas llevan un sentido negativo.
Anna conoce a Vronsky en una estación de tren, y  ve la muerte de un trabajador de ferrocarril después de esta reunión como un mal presagio. El presagio se cumple cuando Anna se lanza a sí misma en el marco del tren cerca del final de la novela, que, literalmente, pone a la vía férrea como su asesino. Al igual que los trenes llevan a la gente a nuevos lugares, Anna misma es llevada por su pasión a la estación de tren donde pone fin a su vida familiar, su vida social y, en definitiva, a su vida física también.

Vronsky y la Carrera de Caballos
En un nivel literal, Frou-Frou es el hermoso, caballo caro que compra y, a continuación, Vronsky destruye accidentalmente en la carrera de caballos. En un nivel figurativo, Frou-Frou es un claro símbolo de Anna, o de Vronsky y su relación con ella, tanto en última instancia, los dos son destruidos. Frou Frou-aparece en la novela poco después de que el  asunto Vronsky - Anna se convierte en grave y peligroso para su reputación social. Anna y Vronsky se reunen  justo antes de la carrera, y sus conversaciones ponen a Vronsky inestable y nervioso, y esto altera su rendimiento. Este enlace con Anna y Frou-Frou es aún más profundo, mostrando cómo a Vronsky en su   enlace con Anna lo pone en peligro. La carrera de caballos es peligrosa y, lo descubrimos cuando el caballo se lesiona durante la carrera. Vronsky intenta montar aun con los peligros -la carrera de caballos- con su característica frescura y elegancia, y logra hacerlo con éxito durante un tiempo. Pero su habilidad para mantenerse en la cima de la situación es, en última instancia comprometida por el error fatal que le hace mal en la sesión el caballo Frou-Frou , y que terminó con una caída literal para el hombre y el caballo. 
El símbolo del caballo de carreras implica mucho sobre la dinámica de poder entre Anna y Vronsky. El caballo es vulnerable y está totalmente bajo el control de Vronsky, al igual que en una relación adúltera s en 1870 la sociedad rusa es la mujer la que corre el mayor riesgo de verse perjudicada. Para Vronsky y el otro oficial de corredores, la carrera es una forma de entretenimiento en el que se decide participar. Pero hay una fuerza más profunda tanto en Anna y Frou-Frou en la carrera, y que está en juego y es mucho mayor para ellos que para Vronsky, la raza es una cuestión de vida o muerte para ambos la mujer y el caballo. En última instancia, el caballo de la muerte innecesaria es una consecuencia del error de alguien más, como la muerte de Anna parece injusta, una trágica pérdida de una vida hermosa. 

Matrimonio de Levin y Kitty 
El cortejo y el matrimonio con Kitty y Levin, es de suma importancia para Ana Karenina. Tolstoi enmarca el matrimonio como  la aceptación y el compromiso con otro ser humano, con todas las concepciones filosóficas y religiosas del sentido que este tipo de conexión tiene para él. Levin es algo asi como un paria en toda la primera parte de la novela. Se vio Enajenar sus puntos de vista por igual entre nobles y campesinos. Está frustrado por la cultura rusa, y se siente incapaz de sentirse cómodo con las formas. Es socialmente torpe y sufre de un complejo de inferioridad, como lo vemos con Kitty. Kitty lo rechaza y devastado por el rechazo de su propuesta de matrimonio,  se retira a su finca y  renuncia a todos los sueños de la vida familiar. Nos preguntamos si seguirá siendo un excéntrico aislacionista para el resto de sus días, sin familia o amigos cercanos, trabajando más de una teoría de la agricultura de Rusia.
Pero cuando la llama de Levin y Kitty reavive el amor de repente, con la velocidad de la luz y culmina en  un matrimonio, este representa  una afirmación de la conexión de Levin con otros y su participación en algo más grande que él mismo-la piedra angular de la fe religiosa se alcanza después del matrimonio.
 Levin, comienza a pensar en la fe cuando se ve obligado a ir a la confesión con el fin de obtener una licencia de matrimonio. Aunque es cínico hacia el dogma religioso, las cuestiones que el sacerdote le pide poner en marcha con una cadena de pensamientos que le lleva a través de una crisis y luego a la regeneración espiritual.  No es casualidad que entren en la vida de Levin, la fe y el matrimonio casi simultáneamente, ya que son dos afirmaciones que nos dicen que uno mismo no es el centro de su existencia.
Argumento
Ana Karenina tiene dos tramas que corren paralelas a lo largo de la novela: la historia de Ana y la historia de Levin. La historia de Levin es una expresión de la naturaleza pastoril de Tolstói y una reafirmación de la visión del novelista de la vida simple. La belleza de las estaciones y el trabajo pragmático de cosechar absorben a Levin. La relación de Levin con la tierra y la vida contrasta con las pasiones enigmáticas y destructivas de Ana.
La aparición de Ana en la novela representa una fisura en el tranquilo mundo que permite que prevalezcan la pasión y la irracionalidad.
El libro comienza con una crisis en el hogar. El hermano de Ana, Stiva, ha sido descubierto sacándole la vuelta a su esposa, Dolly. Ana logra convencer a Dolly para que lo perdone. Rápidamente, se entiende que Ana es una persona generosa, interesada sólo en la benevolencia. Está casada con Karenin, una persona de clase adinerada y con un alto rango. Su matrimonio parece estable y bastante unido desde el principio. 
Sin embargo, poco después, Ana conoce y se enamora del apuesto Conde Vronsky.
Ella intenta escapar de sus miradas, para evitar encontrarse con él, pero él es persistente y ella está enamorada. Ellos tienen un amorío que rompe con los esquemas de su vida social cuando Ana queda embarazada. Ella debe, obviamente, darle la noticia a Karenin. Él exige que su orgullo y honor social sea preservado en todo el asunto, y él y Ana pretenden que no está sucediendo nada. El teme mucho más al ridículo en la sociedad que la destrucción de su propio matrimonio. Sin embargo, Ana no puede dejar a Vronsky - sigue viéndolo con frecuencia. Karenin descubre el alcance de este amorío cuando ve a Vronsky salir de su casa, y pide el divorcio. Ana, por su parte, corre con Vronsky.
Después de tener a la hija de Vronsky, Ana cae enferma gravemente. Karenin piensa que ella va a morir, y perdona todo lo que ella hizo. Ana jura que es todo lo que quiere para el resto de su vida. Sin embargo, Ana se recupera y se olvida rápidamente de Karenin, y una vez más reanuda su tórrido romance con el conde. Mientras Ana estuvo enferma y Karenin estuvo presente a su lado, Vronsky fue humillado por lo que había hecho. Intentó suicidarse disparándose él mismo, pero él, al igual que Ana, no murió. Ahora él y Ana parten a Italia. Karenin rechaza un divorcio con Ana, con el fin de  poder hacer más honda su culpabilidad.
La vida de Ana se volvió terrible. Sus amigos la abandonaron, avergonzados de su comportamiento. Ella no podía salir en público con Vronsky, al teatro o la ópera, porque serían objeto de rumores y chismes. Vronsky, sin embargo, sale sin Ana, él es libre de hacerlo. Ana se vuelve terriblemente insegura, pensando que Vronsky sale tanto porque está enamorado de otra persona. No obstante, él solo está enamorado de Ana, y los dos pelean a menudo debido a la tensión no expresada que existe entre ellos.
Ana se encuentra en una difícil posición. Ella no es la esposa de Vronsky, pero es algo más que su amante. Depende totalmente de él para la paz interna y el amor. Pero de lo que finalmente se da cuenta es que nadie tiene el poder para satisfacer sus deseos emocionales, ni Vronsky, ni ninguna otra persona. Ella ha tejido una compleja red para sí misma, una de la que siente que sólo puede escapar matándose. Esto es lo que ella hace, saltando delante de un tren. Ella lo reconsidera brevemente antes de que el tren la arrolle, pero no tiene tiempo de esquivarlo.
Paralelamente a la historia de Ana se encuentra la de Levin, uno que imita la vida y los intereses del novelista mismo. Levin, un propietario de tierras y hombre de campo, llega a la ciudad para hacerle una propuesta a Kitty, una hermosa joven que más bien es hipnotizada por Vronsky. Ella rechaza la propuesta de Levin y mantiene sus ojos en el conde. Vronsky, sin embargo, está enamorado de Ana.

Levin se siente vencido. Se va a su casa en el campo y se enfrasca totalmente en su relación con la tierra. Escribe un libro sobre las prácticas agrícolas en Rusia, revelando su convicción de que los propietarios de tierras deben compartir la tierra con sus campesinos de modo que los campesinos tengan un incentivo para trabajar más duro. Se trata de un controvertido proyecto a medida que Rusia se va haciendo más industrializada. 

Kitty, también, esta destrozada por el desinterés de Vronsky. Se enferma, y su familia la lleva a un balneario en Alemania, donde se recupera y se da cuenta de que realmente ha querido siempre a Levin. Ellos se vuelven a encontrar poco tiempo después y Kitty acepta la segunda propuesta de Levin. Se casan y son felices, tienen un niño llamado Mitya. 
Kitty es una enorme fuerza en la vida de Levin, ayudándole a hacer frente a su lucha de toda la vida con la fe y la religión. También ayuda a Levin a superar la muerte de su hermano Nicolás. A los ojos de Tolstói, los dos tienen el matrimonio y amor ideal. 
Aunque las tramas de Ana y Levin se conectan en ciertas ocasiones, Tolstói sólo se atreve a un breve encuentro entre los dos, casi al final de la obra. Levin se ve temporalmente arrastrado hacia el mundo de Ana, demostrando Tolstói cuan peligroso es un personaje como Ana para Levin y su mundo.
Tolstói contrapone las historias de Ana y Levin y al mismo tiempo presenta un caso temático, a través de Levin, de las sociedades preindustriales como la principal fuente de felicidad, riqueza y sustento. Él defiende la idea de cuidar de la tierra como si se tratara de la riqueza del mundo, y considera que la tierra es la única asociación mutua que pueden mantener a las sociedades y las familias unidas. Tolstói nos muestra el valioso papel de la sociedad rural en la preservación de la familia. A través de Ana, Tolstói asocia la vida de la ciudad con el vicio. Siendo Ana una criatura del mundo social urbano hace que su personaje gire menos en torno a la virtud, y mucho más alrededor del romance, el sexo, y la afirmación de la sociedad
Personajes
Antes: Una nota sobre los nombres de Rusia
Para los lectores , los nombres de los personajes de Anna Karenina puede ser algo confuso, ya que hay una serie de convenios relacionados con el nombre en ruso que no existen en nuestra cultura.
Cada ruso tiene un nombre, un patronímico y un apellido. Patronímico de una persona consiste en el apellido de su padre y el nombre acompañado de un sufijo que significa "hijo de" o "hija de". Por lo tanto, Levin se dirige como Konstantin Dmitrich (hijo de Dmitri), Kitty se llama Ekaterina Alexandrovna (hija de Alejandro), y así sucesivamente.
Los Personajes de la novela con frecuencia se hablan unos a otros en la dirección formal de esta manera, utilizando el primer nombre y patronímico.
Cuando los personajes no se ocupan de sí o no se hablan formalmente, podrán utilizar apodos informales, o diminutivos. A veces, estos apodos se parecen poco a los los nombres completos de los personajes. Por ejemplo, Levin, a veces se llama Kostya (apodo de la norma Konstantin), y Vronsky a veces se llama Alyosha (el diminutivo de Alexei).
Además, los apellidos en ruso asumen tanto las formas masculinas y femeninas. En Ana Karenina, por ejemplo, Karenin la esposa toma el apellido de la forma femenina, Karenina. Asimismo, Oblonsky la esposa tiene el apellido Oblonskaya, y sus hijos tienen el apellido Oblonsky, mientras que sus hijas tengan el apellido Oblonskaya. 
Mantener estos convenios en mente ayuda a distinguir a los personajes  que se tratan por diferentes nombres en toda la novela. Sin embargo, el uso de estas convenciones varía en las diferentes ediciones de Ana Karenina, ya que algunos traductores eligen simplificar o eliminar las variantes de nombres con el fin de hacer la novela más accesible a un público de habla castellana.

Ana Arkadyevna Karenina: Una hermosa iconoclasta finalmente destruida por su propia inseguridad. Ana pasa por una evolución de estar primero cerca de la perfección a ser un personaje marcado por el adulterio, los celos y el rencor. El cambio es tan dramático que es aterrador - somos testigos de la desintegración de la psique humana. Ana cree que está luchando una batalla contra una sociedad opresiva, pero en realidad ella está luchando contra sí misma, perdiendo al final dicha batalla.

Konstantin Dmitrich Levin (Kostya): Levin es el héroe de la novela. Es Ana, quien en última instancia se derrumba y Levin, quien se alza para ver la luz. El colapso de Ana subraya la importancia de la coherencia de la vida de Levin. Levin encuentra armonía con la tierra y los campesinos y trabaja en su interior para alcanzar la fe que necesita.

Conde Alexey Kirilich Vronsky: Vronsky representa el epítome de la vida social. Él tiene encanto, ingenio, inteligencia y dinero. Ama a las mujeres, las mujeres lo aman, y sus colegas tienen envidia de él. Sin embargo, con estos rasgos solo es un personaje típico de su sociedad. Lo que lo hace diferente es que él tiene un amorío, y esto es lo que le hace ser condenado al ostracismo en cierto grado. Algunos lo encuentran cruel, pero otros piensan que simplemente es confuso. Vronsky podría ser criticado por no brindarle una situación más estable a Ana. Los amigos de ella la abandonan; muchos piensan que él podría haber evitado que ello ocurriera. A pesar de sus males, y su necesidad de mostrar su dinero, ciertamente ama a Ana y el nunca considera  dejarla, incluso cuando se hace cada vez más difícil disfrutar de su compañía. Él termina como el más maduro en su relación.

Príncipe Stiva Arkadyevich Oblonsky: Stiva es un hombre encantador. Es realmente un anfitrión y traba amistad con facilidad. La mayoría de las personas en la sociedad hablan muy bien de él. Sin embargo, Stiva, al igual que Vronsky, existen exclusivamente para el dinero. Vivir una gran vida durante tantos años ha agotado sus fondos personales, y en consecuencia él comienza a utilizar la herencia de Dolly para pagar deudas de juego. Hay poco que elogiar en el carácter de Stiva. Es dulce y sentimental, pero es falso e infiel con su esposa. Al igual que su hermana, Ana, el se deja guiar por sus pasiones.

Princesa Darya Alexandrovna Oblonskaya (Dolly): Dolly conecta la vida de todos. Ella es la hermana de Kitty, la cuñada de Ana, y la esposa de Stiva. Es la típica mujer traicionada cuyo marido la engaña, aún así es una dedicada madre que, no obstante, cría bien a sus hijos. Ella es fuerte en ese sentido. Las traiciones de su esposo le hacen pensar que ya no es atractiva, pero sigue con su vida y se mantiene fiel a él. Dolly se enfrenta con las pocas opciones que tiene en una sociedad ya definida. Se vuelve infeliz, pero no hace que todos se sientan mal por ella. Dolly es la única que sigue siendo amiga de Ana cuando todos los demás la abandonan. Tolstói no se centra en Dolly en forma muy seria, pero ella aparece como una heroína única por derecho propio.

Alexey Alexandrovich Karenin: Karenin empieza la novela como un hombre de sociedad, obsesionado con las apariencias superficiales y el dinero. Sin embargo, se resiste a sus pasiones y hace lo que es correcto. Es por ello que cuando el deseo sexual en su matrimonio se desvanece ello no molesta a Karenin; él ama a Ana porque es su esposa y así es como debe ser. Él es un fiel esposo y sigue todo lo que dicta la ley. Este rasgo se convierte en perjudicial cuando Karenin se entera de la relación extramarital de su esposa. Él está más preocupado por su orgullo y honor que por la felicidad personal de él o de Ana. Todas sus acciones están motivadas y engendradas por la sociedad. Al final, Karenin es totalmente manipulado. Fracasa en sus esfuerzos para encontrar el cristianismo y se convierte en víctima de una falsa mística que intenta distanciarlo más de Ana.

Princesa Catherine Alexandrovna Shcherbatsky (Kitty): Kitty es la representación de todo lo que una mujer debe ser. Consigue encontrar un equilibrio perfecto entre los papeles de esposa y madre, y trae la fe y la comprensión a su esposo, Levin. Sometida a un prolongado proceso de nacimiento en el libro, ella comparte el reconocimiento de Tolstói por el ciclo de vida-muerte, y quiere tener su aporte en esta contribución. Es inteligente y fiel a Dios.

Personajes Secundarios
Seriozha: Hijo de Ana y Karenin. Su madre es una adultera y lo abandona. Se le dice que su madre ha muerto, pero de pronto ella vuelve para hablarle, lo que conmociona al joven.
Príncipe Shcherbatsky: Padre de Kitty.
Princesa Shcherbatsky: Madre de Kitty.
Nicolás Levin: Hermano de Konstantin Levin. Él está enfermo y finalmente muere, atendido por la esposa de Konstantin Levin, Kitty. 
Condesa Lidia Ivanovna: Amiga de Karenin, una princesa mística que trata de convencer a Karenin que él tiene creencias religiosas y fe. Ella es una reina social y un fraude.
Elizabeth Fedorovna Tverskaya (Betsy): Una señora de sociedad que es cruel con Ana al tratar de atraer a Karenin, y tratando de hacer que la gente de sociedad desapruebe públicamente a Ana.
Mitya: El hijo recién nacido de Kitty y Levin.
Condesa Nordston: Una amiga superficial de Kitty, una dama de la alta sociedad que busca hacer miserable la vida de Ana.
Mary Nikolaevna (Masha): Novia del hermano de Levin.
Sergey: Hermanastro de Levin
Problemática social y mística
Esta novela supuso el cambio de Tolstoi hacia una problemática social y mística que ocupó sus últimos años.
Ana Karenina es, en cierta forma, la consumación heroica del camino que abrió 20 años atrás la historia de la caída en desgracia de la adúltera Emma Bovary. Sin embargo, lo que en Flaubert hay de expiación casi asfixiante por provinciana, adquiere unos tonos casi metafísicos en Ana Karenina. La historia es, por tanto, similar, pero las resoluciones no son parejas. 
La trama es simple, de género. Ana, esposa del alto funcionario Karenin, se enamora de Vronski, un guapo militar. Ana, embarazada por Vronski, huye con éste a Italia, desafiando así el acatamiento a las convenciones sociales que le exigía su marido. La alta sociedad rusa le da la espalda mientras se le estrecha el cerco que culminará en el suicidio: su marido no quiere concederle el divorcio y se niega a que vea a su hijo.

Desesperada, abrumada por los celos, Ana se arroja bajo las ruedas de un tren. Es ésta una de las escenas literarias de mayor intensidad que nos ha sido concedida leer, por lo menos eso dijo Vladimir Nabokov, que sentía por esta novela una pasión similar a la que le movía por la poesía de Pushkin.

Habría que fijarse en el contrapunto obligado: la historia paralela del terrateniente Levin, que se construye una vida familiar armónica en el campo junto a su mujer Ketty, y que percibe en las palabras de los campesinos las premoniciones de los sermones evangélicos. Levin prefigura el último Tolstoi, quizá el menos comprendido.

Temas
Son los temas fundamentales y, a menudo, las ideas universales exploradas en una obra literaria.

Cambio Social en la Rusia del siglo XIX
Tolstoi fija su historia de adulterio y de auto-descubrimiento en el contexto histórico de las enormes cambios que se avecinan en Rusia durante finales del siglo XIX. Los aspectos históricos de la novela son tan importante como los aspectos psicológicos.
En la Rusia de Ana Karenina, una batalla surge entre los antiguos valores patriarcales, el sostener a la aristocracia terrateniente y las nuevas ideas liberales, a menudo llamadas "libre penseur"  en la novela-de los valores. La antigua forma de ser y pensar de conservadores que creen en tradiciones como la condición del siervo, y el gobierno autoritario,contra la occidentalización y los liberales que creen en la tecnología, el racionalismo y la democracia. Vemos en este choque a Levin con su dificultad de armonizar su vida con la de los campesinos, que, negándose a aceptar las innovaciones agrícolas occidentales que Levin trata de introducir, creen que las formas de agricultura rusa y antiguas son las mejores. También vemos la confusión de estos tiempos de cambio en la cuestión de la zemstvo, o consejo de la aldea, en la que Levin intenta participar como promotor de la democracia, pero que finalmente abandona por el hecho de que son inútiles. 
También dentro de la obra se empieza a plantear la cuestión de los derechos de la mujer, claramente era un tema candente. ademas se muestra la influencia occidental de progreso social en Rusia. Pero la situación de Dolly y Anna que sufren en sus matrimonios, y deben de vivir en una constante apariencia es sin embargo, no un buen augurio para el futuro del feminismo en el mundo de la novela. Los procedimientos del cortejo son igualmente incierto en el mundo de Anna Karenina. La tradición de los matrimonios Rusos está pasando de moda, pero la Princesa Shcherbatskaya se espanta ante la posibilidad de permitir a Kitty elegir su propio compañero. El narrador va tan lejos como para decir claramente que nadie sabe, cómo se deben de comportar las jóvenes para casarse en Rusia en el 1870 s.

Tomados en conjunto, todo esto origina una confusión por el desvanecimiento de las tradiciones y crea una atmósfera de inestabilidad y de nuevas posibilidades, como si los seres humanos tuvieran que decidir cómo vivir de nuevo. Es sólo en ese cambio de atmósfera donde los cuestionamientos filosóficos de Levin son posibles.

Bendiciones de la Vida Familiar
Ana Karenina rescata el género de "novela familiar" popular en Rusia desde hace varios decenios anteriores, y que estaban fuera de moda por 1870 s. La novela familiar rusa retrataba las ventajas y comodidades de la unión familiar y la felicidad domestica, a menudo en una forma muy idealizada.
Cambiando radicalmente  el clima social de 1860 s en Rusia, muchos progresistas sociales atacaban a la institución de la familia, decían que era anticuada y un retroceso de limitación de la libertad individual. Alegaron que la familia con frecuencia abusaba de los niños y que eran explotados como mano de obra barata. Tolstoi escribió Ana Karenina, en parte, como su declaración personal sobre la familia iniciando un debate.

La primera frase de la novela, en relación con la felicidad y la infelicidad de las familias, pone de relieve la centralidad de esta idea. “«Todas las familias felices se parecen y las desgraciadas lo son cada una a su manera”

Tolstoi tiene una posición a favor de la familia en la novela, pero tambien es sincero acerca de las dificultades de la vida familiar. La idea de que una familia limita la libertad del individuo se pone de manifiesto en la de Stiva, aturdido desde las primeras páginas de la novela donde este no puede hacer lo que quiera. Esta limitación de la libertad es también evidente en Levin en el hecho de que no puede ir a visitar a su hermano antes de morir , si antes no lo ha consultado con su esposa primeramente y respondido a su insistencia en que ella lo acompañara. Sin embargo, a pesar de estas restricciones a la libertad personal, ya pesar de las peleas que asolan a todas las familias representadas en Ana Karenina, Tolstoi retrata la vida familiar como una fuente de confort, felicidad, y de trascendencia filosófica. Anna destruye una familia y muere en la miseria, mientras que Levin crea una familia y llega a la conclusión de la novela felizmente. Para Anna la vida pierde sentido en última instancia, mientras que alcanza el máximo sentido en Levin, como el último párrafo de la novela anuncia. En última instancia, Tolstoi nos deja con la conclusión de que la fe, la felicidad, la vida familiar y la vida van de la mano.

El valor filosófico de la agricultura
Los lectores de Anna Karenina a veces se sienten frustrados por las extensas secciones de la novela dedicado a los intereses agrícolas de Levin. Estamos sometidos a un tratamiento de largos pasajes que describen el proceso de la siega y las cosechas, sabemos mucho sobre las actitudes hacia los campesinos y estamos sometidos a las teorías sociológicas de Levin , leemos sobre por qué las reformas agrícolas europeas no funcionan en Rusia, etc. Sin embargo, este énfasis en la agricultura cumple una función importante en la novela y tiene una larga tradición literaria detrás. El idilio, un género de literatura que data de tiempos remotos, donde los agricultores y los pastores son retratados como más felices y honestos que sus contrapartes urbanas, mostrando la cercanía a la tierra como señal de la buena vida de los agricultores que comprenden el crecimiento y el potencial, conscientes del delicado equilibrio entre el trabajo personal y la confianza en las fuerzas de la naturaleza.  En Ana Karenina, Tolstoi actualiza el idilio por medio de su portavoz en la novela “ Levin”, dedicado agricultor, así como un apasionado filósofo-y el único personaje de la novela que logra una visión clara de la fe y la felicidad.

Para Levin, la agricultura es una forma de ir más allá de uno mismo, y lograr algo más grande que los propios deseos. El la ve como la piedra angular de toda fe y felicidad. Hay otros personajes que insisten en las virtudes de los campesinos, tales como Sergei, pero que rara vez interactúan con ellos. Levin, si tiene las conexiones con los agricultores por lo tanto, le muestran sus raíces conoce a fondo su nación y su cultura, mucho más que los que se quieren hacer muy europeos, es decir, aristócratas como Anna. Él está en estrecho contacto con las verdades de la existencia.. Tampoco es casual que la declaración de Levin, en cuanto al sentido de la vida en el último párrafo de la novela recuerda principalmente a la agricultura. Levin llega a la conclusión de que el valor de la vida esta en la bondad , vivir para tu alma , descubrió esta frase y le dio mucho sentido y paz -al igual que, podríamos decir, el valor de una granja se encuentra en las semillas y el buen trabajo que el agricultor pone en el mismo. En última instancia, Levin llega a una idea de la fe basada en el crecimiento y cultivo.(crecimiento espiritual y cultivo del alma).

Motivo
Son motivos recurrentes, estructuras, contrastes, literarias o los dispositivos que pueden ayudar a desarrollar  los temas principales del texto.

El monólogo interior
Tolstoi, aunque tiene fama de ser un simple y sencillo escritor, fue en realidad un gran innovador del estilo narrativo. Él fue pionero en el uso de un dispositivo que es ahora común en las novelas, pero era radicalmente nuevo en el siglo XIX-“ el monólogo interior” . En el monólogo interior nos retrata un personaje mucho mejor, con sus pensamientos y sentimientos directamente, no sólo en la paráfrasis o el resumen, pero directamente como si el carácter se nos revelara o se formara explorando la mente. Escritores como Shakespeare había utilizado el monólogo en el teatro, escribio escenas en las que los personajes hablan directamente a la audiencia en reservas o soliloquios. En la ficción narrativa, sin embargo, rara vez los escritores habían explotado el monólogo interior durante largos pasajes de la manera en que Tolstoi lo hace en Ana Karenina.
El monólogo interior le da al lector una gran empatía con el personaje. Cuando alguien acompaña los pensamientos, percepciones, emociones, paso a paso a través de una experiencia, a un personaje, inevitablemente llega a entender sus motivaciones más íntimamente. 
En Ana Karenina, Tolstoi nos da acceso al monólogo interior de Levin en ciertos momentos clave en su vida: su experiencia de la felicidad y del amor, cuando Kitty le acepta como marido, su éxtasis fisico en la siega con los campesinos, y su miedo cuando Kitty está sufriendo en el parto.

Pero Tolstoi utiliza el monólogo interior como dispositivo mucho más ampliamente y conmovedor en el retrato de los últimos momentos de Anna, en su viaje a la estación en la que muere al final de la parte siete. Sin acceso a sus pensamientos, no tendríamos una gran comprensión sobre Anna y lo que la impulsa al suicidio. Sin ella, su muerte sería sólo otra víctima mas de la larga lista de las mujeres en la literatura rusa que se suicidan por amor. Pero sin embargo la lectura del monólogo de Ana, nos hace ver que la animación e incluso el humor, la hacen una persona viva en la novela, como cuando interrumpe sus sombrías meditaciones para comentar sobre el ridículo nombre de la peluquería Twitkin. También vemos la medida en que Anna se ha convertido en una carga para sí misma-que sueña con deshacerse de Vronsky "y de mí misma." El monólogo interior nos muestra su suicidio no como un cliché glamoroso, sino como un simple y desgarrador intento de librarse de sí misma.

Adulterio
Ana Karenina es conocida como una novela sobre el adulterio: La traición de Ana hacia su marido es el acontecimiento central o la trama principal. Hubo una oleada de interés en el tema del adulterio en la mitad del siglo XIX, como lo demuestran obras como la Nathaniel Hawthorne La Letra Escarlata (1850) y Gustave Flaubert de Madame Bovary (1857). 
A pesar de que el culpable de estas obras es siempre una mujer que cumple un mal final como resultado de su delito, el adulterio del siglo XIX en la novela es en realidad menos religiosamente y moralización de lo que podríamos esperar. Ana Karenina es un ejemplo de ello. Aunque la novela está cargada con la emisión de citas bíblicas de las bocas de los personajes y de su propio epígrafe y de su atmósfera moral, no es abrumadoramente cristiana. De hecho, muchos de los cristianos devotos de la novela, los personajes, como Madame Stahl y Lydia Ivanovna, son hipócritas y repelentes. La  iglesia rara vez se menciona en la novela, e incluso en ocasiones Tolstoi se burla de ella suavemente.

La  más importante  condena al adulterio en Ana Karenina no proviene de la iglesia, sino de la sociedad convencional: el adulterio es más una cuestión social en la novela que el de una moral religiosa. Karenin pone objeción a la participación de Anna con Vronsky no porque el adulterio es un pecado, ni siquiera  le provoca angustia emocional, sino porque  la sociedad va a reaccionar negativamente. Karenin piensa en decoro y decencia, en buen estado a los vecinos, a lo largo de cualquier otra cosa. Es por esta razón que él está tan dispuesto a pasar por alto el asunto de Anna mientras que no pretende una separación o el divorcio. Él no se preocupa tanto por el hecho de que ama a su esposa otro hombre, él sólo le importa que ella siga pareciendo una buena esposa. Este poder restrictivo de convención social es lo que viene a colmar a Anna y lo que la hace escapar, primero en Italia y, a continuación, en la reclusión en el campo. Como tal, el adulterio, en Ana Karenina es un efecto secundario de las fuerzas de la asfixiante sociedad, haciendo de la novela una obra de crítica social tanto como una historia de traición conyugal. 

Perdón 
La idea cristiana de perdón se repite periódicamente en Ana Karenina y es claramente uno de  los principales temas que Tolstoi explora en la novela. Si la acción central de la novela es el pecado, entonces el perdón es el potencial de resolución. Y si Anna es una pecadora, entonces nuestra actitud hacia ella y hacia la novela depende de si y de lo mucho que se le puede perdonar. Tolstoi establece el perdón como un noble ideal Esta forma ideal de indulto equivale a una supresión total del pecado "como si no hubiera sucedido”. Sin embargo, Tolstoi parece no aceptar el perdón como una noble virtud cristiana, sino que nos obliga a considerar si el perdón es posible y eficaz. El propio epígrafe de la novela dice: "Mía es la venganza, yo pagaré" valores de la venganza, lo contrario del perdón. Esta apertura de pensamiento atormenta toda la novela, lo que sugiere que tal vez el perdón no es al final virtud después de todo. 
Además, las actitudes de los personajes hacia el perdón a veces es medio extrana. Dolly termina por perdonar, pero nos preguntamos si su perdón es simplemente cerrar los ojos a la realidad, ya que sabemos que Stiva sigue de mujeriego despues. En el caso de Dolly, el perdón parece credulidad o la resignación. El perdón es aún más dudoso en otros casos. Al estar a punto de morir Anna Karenina, le pide perdón a su esposo y él se lo concede, ambos son sinceros. Pero el perdón tiene poco efecto: Anna al recuperarse,  sigue con Karenin y Vronsky  como siempre, y aunque Karenin es más dócil a la idea del divorcio, su tratamiento hacia Anna no cambia mucho. En otra novela  podríamos esperar que el Karenins  renovara sus votos matrimoniales y vivir felices para siempre, pero el perdón de Tolstoi no tiene este efecto de cuento de hadas.  Karenin perdona, pero luego sus emociones siguen siendo los mismos que antes. Al final de la novela, Anna pide el perdón de Dios justo antes de matarse a sí misma. Indirectamente, también  pide el perdon de nosotros los lectores, ya que depende de nosotros para determinar si nuestra atracción emocional a Anna supera nuestro juicio moral de su vida. En última instancia, para los lectores, el perdón  puede ser menos o quizas mas importante que la identificación con ella.

ESTRUCTURA DE LA OBRA
Primera Parte
La primera parte de la novela comienza con el descubrimiento, por parte de Dolly, de la relación íntima de su esposo Stiva con la antigua institutriz francesa de los hijos y la expulsión del adúltero del lecho conyugal. Stiva realmente no siente el menor arrepentimiento por sus actos pero, al mismo tiempo, no tiene ningún interés en perder los beneficios económicos que derivan de su matrimonio. Sin duda, es un hombre de ideas liberales muy del gusto de sus amigos pero su liberalismo surge fundamentalmente de la autoindulgencia con la que se trata a sí mismo.
En paralelo, Tolstói sitúa inmediatamente la acción en la figura de Levin. A diferencia del esposo de Dolly, Levin se siente incómodo en la ciudad pero ha decidido regresar porque está enamorado de Kitty y piensa que contraer matrimonio con ella le proporcionará luz en un momento en que no encuentra sentido para su vida. Tal idea hunde sus raíces en el hecho de que Kitty es una joven virginal que evoca en Levin la pureza de la fe infantil. Sin embargo, existe un obstáculo de enorme envergadura para que ese proyecto llegue a cuajar. El conde Aleksey Vronsky pretende a Kitty y ella se siente atraída por sus atenciones. Si Vronsky no persiste en sus intentos seductores es porque conoce en la estación de ferrocarril a la hermana de Stiva, una mujer llamada Ana Karenina.
La atracción mutua sentida por Ana y Vronsky es inmediata y aunque el personaje femenino capta intuitivamente que dejarse llevar por aquella pasión puede llevarla al desastre —Ana está casada—, el peso de la felicidad que siente es mayor que el poder disuasor del miedo. Esta circunstancia viene además acentuada por la descripción —vista a través de los ojos de Ana— de un marido no precisamente atractivo. Cuando concluye la primera parte y Ana se encierra en su habitación, se ha formulado el propósito de ser fiel a su marido que, además, no se halla desprovisto de buenas cualidades.
Segunda Parte
Por su parte, Vronsky no siente ningún reparo en intentar seducir a una mujer casada y su éxito se halla asegurado porque Ana ha decidido en el fondo entregarse a él. Para facilitar esa situación, Ana limita sus apariciones en sociedad al círculo de Betsy, una mujer liberada también conocida por Vronsky. Cuando, en una escena llena de doble sentido, Ana conversa con Vronsky y le dice que debe solicitar el perdón de Kitty y casarse con ella, en realidad no actúa de manera sincera. De hecho, al escuchar las palabras lisonjeras de Vronsky no replica con rechazo sino con unos ojos llenos de amor. Además, en contra de lo que en ocasiones afirman críticos de la obra, la pasión entre Ana y Vrosnky no sólo no resulta en esos momentos condenada socialmente sino que resultaría imposible sin un cierto respaldo social.
En claro contraste, Karenin se nos presenta como un pobre hombre que teme enfrentarse con Ana, que desearía guardar las apariencias para no verse todavía más perjudicado y que se siente aterrorizado no sólo por las murmuraciones sino también ante la posibilidad de que su esposa decida separarse de él.
Sobre el trasfondo del pesar de Kitty —que se siente rechazada y desengañada— y de Karenin, el relato del primer encuentro sexual entre Ana y Vronsky está dotado de un especial patetismo. La primera reacción de Ana está relacionada con la culpa y la de Vronsky con el horror. En ambos casos se halla igualmente presente la sensación de vergüenza pero además la mujer siente un espantoso sentimiento de soledad, un temor profundo a verse aislada de la sociedad y de su familia.
Precisamente en este clímax, en que puede verse lo que da de sí el influjo del liberalismo moral en el cuerpo social, Tolstói vuelve a introducir en escena a Levin. A diferencia de los que defienden que la sociedad se mueve por el ánimo de lucro, Levin no tiene la menor intención de explotar a sus campesinos por esa causa. En su lugar, es consciente de que gente como él, que sigue apegado a la tierra y a sus valores, constituye una aristocracia que va más allá de la sangre o el linaje. Se trata de una elite que deriva de una fibra moral muy especial, relacionada con el hecho de que siguen unos principios éticos en su vida.
Por otro lado, el drama de la obra queda de manifiesto en el momento en que Ana descubre que está embarazada.
Ante este hecho ella podría regresar con Karenin o mentirle acerca de su infidelidad —de hecho, el esposo está dispuesto a creer en cualquier engaño— pero no lo hace. Desea vivir una nueva existencia al lado de Vronsky y, teniendo en cuenta el punto al que ha llegado la situación, eso significa que Seryozha dejará de ser su hijo, que no podrá tenerlo a su lado. La pasión, vivida de una manera desordenada, aparece representada así bajo tintes indudablemente sombríos.
Tercera Parte
La tercera parte de la obra da inicio con un Levin que, a diferencia de Ana o de Vronsky, está encontrándose a sí mismo y lo hace, como no podía ser de otra manera, en la vereda del bien. En lugar de ceder a posibles pasiones, se identifica con sus campesinos de una manera que casi podría calificarse de orgánica. No necesita utilizar la presión para que el trabajo se lleve a cabo porque la misma naturaleza de la tarea marca su ritmo. Precisamente de ahí se desprende que la importación de ideas occidentales sobre el agro solo tendrá nefastas consecuencias. Al abrigo de las mismas, se producirá una ruptura de la fe en la vida que parirá estériles resultados y que, finalmente, arrastrará al campesinado hacia la violencia.
Cuando Ana vuelve a aparecer en escena tras veinte capítulos de ausencia, es una mujer desgarrada por su situación. Betsy, que terció indirectamente en su aventura con Vronsky, le muestra en el curso de una fiesta cuál es la alternativa frente al inicio de una nueva vida con su amante y la pérdida de su hijo. Fundamentalmente, se reduce a mentir y a tener amantes negados aunque conocidos como sucede con otras mujeres de la clase acomodada. Porque Ana podría huir al extranjero con Vronsky pero eso significaría perder el contacto con una sociedad de la que disfruta y, de paso, arruinar la carrera de su amante.
El gran drama de los dos amantes ahora es que están dispuestos a perder mucho por su pasión —Vronsky rechaza el ofrecimiento de promoción profesional que le hace Serpujovskoy si rompe su relación con Ana— pero no lo suficiente. La escena en los jardines Wrede resulta, al respecto, inmensamente reveladora. Vronsky sigue enamorado de Ana pero no lo suficiente como para pedirle que deje todo y se vaya con él. En cuanto a ella, la simple idea de verse aislada de la sociedad en la que vive la abruma.
Cuarta Parte
Al inicio de la cuarta parte, el deterioro psicológico de Ana es palpable. No sólo el resentimiento hacia Vronsky se ha apoderado de ella sino que, ocasionalmente, esos sentimientos confluyen en auténticos brotes de odio. Ana no puede soportar que Vronsky sea un ser que aún disfruta de autosuficiencia y de libertad y al manifestar su desagrado con esa situación consigue ir enfriando la pasión que su amante siente por ella. En paralelo, Karenin ha decidido iniciar los trámites de divorcio y consigue a través de un detective las pruebas del adulterio de Ana.
Como suele ser habitual a lo largo de la novela, la pasión frustrada de Ana encuentra un paralelo en el temperamento apasionado de Levin. Lo que les diferencia fundamentalmente es el objeto de sus sentimientos. La mujer nunca podrá encontrar un objeto que realmente colme sus expectativas por la sencilla razón de que no existe. Sin embargo, Levin —que contrae matrimonio con Kitty— se mueve hacia la fe en Dios y con ella hacia la felicidad. La unión con Kitty aparece descrita, desde luego, en términos claramente religiosos. Por un lado, le recuerda las prácticas religiosas de la infancia; por otro, incluye, mediante la entrega de sus diarios a Kitty, su confesión de pasados pecados en lo que constituye una verdadera ceremonia penitencial. El relato acerca de la discusión con Stiva sobre los derechos de la mujer sirve para dejar de manifiesto el papel central de la familia —el que ni Ana ni Vronsky ven o desean ver— y la importancia esencial que la mujer tiene en su seno.
Cuando a continuación Tolstói narra la manera compasiva en que Karenin se acerca a Ana da la impresión —momentánea— de que incluso un desastre familiar como el causado por el adulterio podrá remediarse. Karenin es un hombre con defectos pero, a la vez, resulta sinceramente religioso y compasivo hasta el punto de que Vronsky reconoce en él aspectos de dignidad. En cualquiera de los casos, sabe perdonar y ofrecer a Ana un camino para restaurar su vida y lo hace porque realmente la ama.
Esta vía de redención quedará cegada por el influjo —una vez más negativo— de la sociedad liberada. Betsy —un epítome real de los comportamientos moralmente más disolventes— acaba llevando a Ana de regreso a los brazos de Vronsky y despertando en ella un sentimiento paradójico pero no por ello menos perverso, el de reconocer que Karenin es un hombre bueno y extraordinario al que no puede evitar odiar. En paralelo, Stiva y Betsy presionan a Karenin para que acepte conceder el divorcio a Ana. Sin embargo, también en esa tesitura su esposo seguirá siendo generoso e incluso le ofrecerá entregarle la custodia del hijo de ambos. Ana lo rechaza porque no desea sentirse vinculada a él de ninguna manera. Comprende entonces que ha dispuesto de un camino de salida que le ha sido brindado por Karenin y que ha desechado. Al dar ese paso se ha situado en la senda de la destrucción.
Quinta Parte
La quinta parte está redactada por Tolstói de tal manera que no quepa ninguna duda acerca de la superioridad de una vida matrimonial feliz sobre conductas como la de Ana. Constituye así un paralelo pletórico de contrastes entre el amor cristiano que discurre por la senda adecuada y la pasión ilícita que no tarda en empañarse con sentimientos de odio, resentimiento y celos. Ana no se ha comportado de acuerdo al llamado derivado de la naturaleza femenina y lo pagará caro.
Trasladada a Italia, Ana experimenta un renacimiento pero no puede caber duda de que será temporal. Siente la dicha de depender de él y, a la vez, de poseerle pero, al mismo tiempo, la felicidad experimentada al tener cerca a Vronsky va acompañada del temor a no gustarle lo suficiente. Esta brevísima —y nada tranquila dicha— se quiebra cuando Vronsky busca una manera de ocupar el tiempo aparte de su amante. En Rusia era un oficial y un personaje admirado en sociedad. En Italia no es nadie y eso le lleva a volver la mirada hacia otras ocupaciones. Es así como comienza a pintar.
Curiosamente, esta distracción va a ahondar la crisis de la pareja. Ana y Vronsky entran en contacto con un pintor llamado Mijailov que realmente siente lo que significa el compromiso con el arte. Sobre el trasfondo de su pasión por la pintura, no resulta difícil comprender que Ana no habría podido soportar a su lado a un Vronsky que estuviera dotado de un talento pictórico real y que, por otra parte, el antiguo oficial no está hecho para llevar una vida en la que sólo es amante y diletante.
La escena en la que Mijailov muestra a los dos amantes su pintura de Pilato sentenciando a muerte a Jesús se halla por eso mismo cargada de simbolismo. En la contemplación del rostro de Juan, Ana habría podido captar que el camino de su salvación se halla en regresar de aquel idilio en Italia y entregarse a la vida moral pero ambos amantes apartan la mirada para contemplar un detalle trivial. Lo grave, lo terrible para Ana no sería llevar la cruz del matrimonio con Karenin —que puede ser su verdadera redención— sino el que la sociedad esté tan envenena por ideas erróneas como para permitirse criticar una conducta de este tipo.
El tiempo pasado en Italia acaba por llegar a su conclusión pero no porque Ana adopte una decisión adecuada sino porque Vronsky renuncia a seguir pintando tras ver el talento de Mijailov.
En paralelo, la pareja formada por Levin y Kitty también se ha enfrentado con la crisis de la convivencia pero ésta se ha resuelto de una manera positiva. Cuando Levin contempla de cerca la muerte en Nikolai, su hermano, y ese episodio revive antiguas angustias, se ve redimido por la conducta de Kitty. No sólo estará al lado de su esposo brindándole el apoyo necesario, no sólo sabrá proporcionar consuelo a un Nikolai agonizante sino que, al final, el lector sabrá que se halla encinta con lo cual consuma el cumplimiento de lo que la Naturaleza espera de la mujer, que sea dadora de vida.
El mensaje de Tolstói difícilmente puede resultar más explícito. En las mujeres existe un don —el de aliviar el sufrimiento— del que los hombres carecen. Ana no sólo no lo ha ejercido sino que ha permitido por añadidura que el ejercicio irresponsable y egoísta de creadora de la pasión la convierta en creadora de mayor sufrimiento. De hecho, cuando regresa a Rusia se encuentra con un Karenin que sufre una situación patética. A diferencia del Levin redimido por el amor de Kitty, es un hombre destrozado por el pecado de Ana y, al mismo tiempo, por las opiniones de la sociedad liberada. En los últimos tiempo, se ha convertido en una ruina autotorturada que desearía aún perdonar a Ana en incluso reconocer a su hija bastarda pero que no tiene realmente oportunidad de hacerlo.


En paralelo, la pasión de Ana y Vronsky ha ido adquiriendo aspectos psicológicamente patológicos que han sido definidos por algún crítico como sadomasoquistas. Ana comienza a sentir con pánico que el amor que Vronsky sentía por ella se va apagando —una circunstancia que, sin duda, ella ha contribuido a provocar aunque haya sido involuntariamente— y sufre el desgarro de querer retenerlo a su lado y, a la vez, la tentación de hacerle daño. Cuando Ana decide acudir a la ópera, está suicidándose socialmente y su encuentro sexual con Vronsky tendrá ya —como han señalado algunos autores— visos de asemejarse a una violación. Vronsky sólo desea dominarla sexualmente y Ana lo acepta con una conducta claramente masoquista sólo con la finalidad de asegurarse que aún siente por ella un interés que cada vez es menor.
Sexta Parte
En la parte siguiente del libro, la situación de Ana es descrita en términos de lo que Tolstói consideraría antinatural. Dolly acude a visitarla e, inicialmente, se siente abrumada por lo que parece una situación envidiablemente feliz. Poco a poco, sin embargo, descubre la cruda realidad. Ana vive con Vronsky pero sólo desea tenerlo a su lado. Ha rechazado la idea del divorcio porque eso permitiría que el antiguo oficial pudiera dedicarse a la política y la distanciaría de ella; le aterra la idea de tener nuevos embarazos que afeen una figura que desea que siga siendo incitadora para su amante; se resiente del tiempo que Vronsky debe dedicar al trabajo; no se ocupa de la administración de la casa... Ni siquiera el cuidado de su hija pasa de ser una distracción pasajera. Lo que se desprende del retrato es que Ana es una mujer bella que ha sacrificado demasiado para obtener algo que ya ni siquiera posee: el atractivo de la pasión. Conocedora de la amarga realidad, Dolly regresa a su casa deseosa de encontrarse con sus hijos y cumplir con los deberes que la Naturaleza le ha encomendado, esos mismos que al ser rechazados por Ana provocan su desgracia. Es una mujer desengañada de los principios liberales tan en boga entre la buena sociedad.
Esos mismos principios son a continuación duramente vapuleados al describirse las elecciones provinciales. Vronsky, el hombre inmoral y superficial cuyo atractivo es meramente externo, abandona a Ana para dedicarse a la política siguiendo las ideas liberales. Levin, por el contrario, comprende que la aristocracia verdadera —en el sentido aristotélico del término— no puede entusiasmarse con esas manifestaciones de pensamiento decadente. Se convierte así en símbolo de lo verdadero, de lo natural, de lo bueno, justo aquello que han pisoteado Ana, Vronsky y los que actúan y piensan como ellos.
Séptima Parte
El inicio de la séptima parte constituye una especie de clímax del enfrentamiento entre ambas tendencias y, de manera bastante lógica, sitúa a Ana y a Levin frente a frente. Levin viaja a la ciudad para encontrar en ella únicamente motivos de desagrado. La cultura urbana y artificial constituye un contrapunto perverso de la rural y natural. Entonces es cuando se produce el intento de Ana por seducirle. En esa conducta ya no existe ni pasión ni amor. Únicamente es el compartimento de una mujer perdida en todos los sentidos del término que desea reafirmar ante sí misma que sigue siendo atractiva a pesar de que la relación con Vronsky es cada vez peor. Sus motivos para cometer la vileza de intentar seducir a un hombre casado con una mujer buena ni siquiera se relacionan ya con la pasión sino meramente con el deseo de sentirse deseable y atractiva.
Levin resiste la tentación y, de manera casi inmediata, experimenta dos acontecimientos de una extraordinaria importancia. El primero es el nacimiento de su hijo —a cuyo parto asiste— lo que subraya la unión entre un hombre y una mujer guiados por principios de vida familiar derivados directamente del cristianismo. El segundo es su entrega a Dios “de una manera tan confiada y tan sencilla como lo había hecho en su infancia y en los inicios de la juventud”.
Este ascenso de Levin hacia la cima de la felicidad, el encuentro consigo mismo, tiene un paralelo innegable y terrible en la degeneración final de Ana. Asaltada por las dudas de que Vronsky la haya querido nunca y resentida por el hecho de que su amante es un ser libre mientras ella es dependiente, provoca continuamente escenas que arrastran a la exasperación al hombre con el que vivió una pasión efímera. Los celos, el desprecio hacia sí misma, la sensación de ser una carga la empujan inexorablemente hacia la autodestrucción.
Octava Parte
El desenlace viene apresurado por la sospecha que Ana tiene de que Vronsky está ahora enamorado de la princesa Sorokina, una mujer más joven que ella. Ciega de celos, Ana decide acudir a casa de la madre de Vronsky, descubrir allí a su amante con Sorokina, dar un escándalo y luego desaparecer.
En el andén de la estación de tren Ana —que sabe que Vronsky se dirige a casa de su madre— escucha de un portero que la princesa Sorokina acaba de partir en un carruaje hacia la casa de la señora de Vronsky. Desesperada, Ana se arroja bajo las ruedas de un tren de mercancías.
El epílogo comienza con una descripción negativa de los voluntarios rusos que marchan a ayudar a los eslavos de los Balcanes. Entre ellos se encuentra un Vronsky que —de manera claramente simbólica— se dirige en tren hacia la destrucción como antes lo hizo su amante. Resulta difícil no ver en esa historia entre el ferrocarril y los momentos de tragedia todo un simbolismo tolstoiano relacionado con los males del progreso. No en vano, expresaría Tolstói que “viajar es al tren como la puta es al amor”.
En el andén, Vronsky va a estallar en sollozos, víctima de una memoria que le devuelve, cargados de ira, los recuerdos de Ana. El juicio de la obra sobre ésta es doblemente negativo. En primer lugar se encuentra el comentario explícito de la madre de Vronsky que afirma que el suicidio era el fin que se merecía porque fue “una mala mujer”. A continuación, el elíptico —pero cargado de enorme simbolismo— de Kitty que al dar de mamar a su hijo muestra las “relaciones espirituales” que unen a una madre con su descendencia. Ana no tuvo empacho en romperlas y, por lo tanto, es justo que haya pagado su falta.
Los últimos capítulos del libro son dedicados por Tolstói al gran protagonista de la obra, su “alter ego”, a Levin. Este confiesa que “ha encontrado al Maestro” en referencia a Jesús de Nazaret. Ha descubierto así que “la única meta del destino del ser humano” es “la fe en Dios, en la bondad”. Precisamente por eso, Levin es un hombre que en adelante será feliz. La clave está en que ha hallado la paz espiritual y que la vida se le revela cargada de sentido al tener el “incuestionable significado de la bondad”. Fue apasionado como Ana pero la manera en que dejó orientar su pasión no le llevó a la destrucción sino a la felicidad y a la redención. Ante el lector queda ahora únicamente el optar por uno u otro de los caminos.